miércoles, 25 de agosto de 2010

Un peligroso amigo

Hoy, mientras me hacía una pequeña lista de reproducción en el Winamp, me dio por ojear así de corrido los diferentes grupos que formaban la lista, la mayoría de ellos primeros nombres del género, y fue cuando reparé en la cantidad de bandas presuntamente NS que oigo. Algo extremadamente curioso si tenemos en cuenta que estoy en contra de más del 90% de las tesis de esta ideología.
Pero estoy seguro que esta situación os habrá pasado a muchos de vosotros a lo largo de los años, sobre todo cuando vamos descubriendo más y más bandas y algunas de ellas resultan tener ideas un tanto peregrinas. Esto me pasó en su día con bandas con Nokturnal Mortum o Graveland. Cuando accedí a su material tenía la sensación de tener en mis manos un material casi clandestino y peligroso, como si fuera una especie de miembro de un grupo skin que hubiera conseguido una antigualla de la II Guerra Mundial. Con el tiempo me di cuenta de dos cosas: la primera, que el material de Nokturnal Mortum o Graveland es fácil de encontrar (apropiadamente buscado) y que oír a estas bandas no te convierte en uno de ellos. Mucho más tarde y por circunstancias que aquí no vienen al caso, recibí de manos de un skinhead nazi un CD con material de Temnozor, Wolfnacht, The Shadow Order, Capricornus o Ultima Thule. Y entonces entendí muchas cosas. Tras una pequeña búsqueda de letras por Internet me di cuenta que muchas veces no es la música, sino lo que quieras entender en esas letras.
Esto me trajo a la mente una discusión que compartí con cierta persona que pilota como mil veces más que yo de black metal (era miembro del staff de Rafabasa.com) y con otro colega que de cuando en cuando se sigue pasando por este blog sobre el NSBM. A ninguno se nos escapa que esta música se comercializa. Y tampoco se nos escapa a donde va a parar el dinero que se obtiene de esas ventas. Por supuesto las discográficas que publican NSBM generalmente publican solo este género, y están llevadas por personas NS, sino directamente por skinheads que tienen catálogos tanto de NSBM como de RAC u Oi!. Y ese dinero que sacan estas discográficas servirá en muchos casos para editar fanzines, libros, pagar locales de reunión, y a lo peor, podría ir a parar a organizaciones políticas de extrema derecha en toda Europa. En definitiva, ayuda a financiar el IV Reich.
La discusión giraba básicamente en torno al dilema moral que se puede plantear a la hora de comprar un disco de estas bandas. Por ejemplo, es sabido que Drudkh está compuesto por músicos que profesan ideologías NS (aunque no lo expresen en su música, o al menos no de forma explicita). Los discos de Drudkh  son de una gran calidad musical, merece desde este punto de vista comprarlos. La pregunta es: ¿ compraríamos esos discos sabiendo que una parte de lo recaudado va a ir a financiar actividades de grupos NS? Pues hubo opiniones para todos los gustos, desde personas para las que la ideología política de un grupo es indiferente en su música hasta personas que se niegan a ser participes de tal actividad.

En general, pienso que dentro de los que seguimos el black metal, el pagan metal y todos sus géneros derivados hay mucha más gente NS o afín al NS de lo que pensamos y estamos dispuestos a aceptar. Yo mismo soy consciente de que este blog ha sido visitado por personas de ideología NS, e incluso conozco el caso de un colega (del que por desgracia me he ido alejando con los años) que ahora exhibe unos gustos y estéticas muy cercanas al NS y que es furibundo seguidor del black metal y derivados. Incluso hay enlaces desde este blog a otros blogs con contenidos NS. Yo mismo, sin darme cuenta de ello, he aceptado casi como natural que haya elementos vinculados al NS que se han ido introduciendo en este blog. Y no tengo ninguna intención de retirarlos, porque para mi la política y la ideología son temas aparte de este blog. Quienes me conocen de cerca saben de sobra que mi forma de pensar está muy alejada del nacionalsocialismo, de modo que nunca entrará en este blog al menos con una intención claramente apologética. Pero tampoco soy un pusilánime de los que opinan que el simple hecho de hablar de ello es darle cierta publicidad. Lo siento pero eso solo cabe en mentes extremadamente fanáticas.

¿Que hacer por tanto? Para muchos de nosotros el NS nos es ajeno en muchísimas facetas, incluso contrapuesto. Pero lo queramos o no, es un vecino con el que hay que convivir. Me parece un error que por una toma radical de posición política nos neguemos a oír bandas compuestas por músicos nazis o que editen a través de compañías NS que sean de indudable calidad (como Temnozor o  Drudkh). Igualmente creo que a la hora de comprar un disco deben de primar los criterios musicales, no los políticos. Pero esto es un poco una cuestión moral de cada uno.
Dejo el guante un poco así como arrojado. Realmente prefiero que se arme un poco de debate, que como siempre estará abierto a todo tipo de opiniones, siempre que se no se falte a nadie.

4 comentarios:

Dani GV dijo...

Como dices, la música y política son dos cosas distintas, por lo que no debería haber problema en escuchar este tipo de bandas, en principio. Pero en ocasiones no está tan claro que vayan por caminos separados. Ahí debe intervenir el criterio de cada cual para, por ejemplo, saber rechazar letras o decidir no financiar organizaciones de ideología aberrante.

Para muchos nos es una ideología ajena y hasta indiferente, y asumimos la convivencia con ella sin mayores problemas, pero no está de más cierto cuidado en los acercamientos a ella y pensar en qué circunstancias se podría volver contra nosotros o darnos problemas. Al fin y al cabo nunca han demostrado ortodoxia. Convivir, vale, pero siempre y cuando no te interrumpan.

Casi me parece un problema mayor (y debate más interesante) la difusión entre gente fácilmente influenciable, que permita que se modifiquen sus ideas (o se creen, mejor dicho) a través de la música.

Isam dijo...

En mi opinión, la música es la música, es una expresión artística y estética con valor por sí mismo más allá del mensaje lírico. Puedo no estar de acuerdo con la ideología de una banda pero creo que dejar de escucharla a causa de ese desacuerdo sería autolimitante. Y considero que, aún peor que la censura, es la autocensura.

No soy muy dado de escuchar pagan o black metal, y a duras penas he comprado en mi vida un par de CDs que pudieran ser catalogados de este estilo (Amesoeurs y After), de modo que nunca me he encontrado con el dilema moral de desear comprar música para apoyar en proyecto musical que apreciaba pero sentirme retenido por saber que apoyaba a un proyecto político o ideológico que despreciaba.


No obstante, hace muy poco me encontré con un dilema muy parecido al descubrir a dos bandas (que en realidad son dos proyectos de los mismos músicos) llamadas Stalaggh y Gulaggh. Huelga explicar que los nombre hacen referencia a los campos de concentración nazis y soviéticos, respectivamente.

Su proyecto "musical" consiste en mezclar drone/noise con alaridos de pacientes de instituciones mentales a los cuales acceden convenciendo a sus psiquiatras (o personas encargadas) de que se los llevan para hacer "terapia de gritos", la cual es muy beneficiosa para ellos. Tal terapia, por supuesto, ni existe ni es beneficiosa.

La banda describe su estilo como "nihilismo misantrópico"y, según dicen, su objetivo es causar el mayor malestar emocional posible en el oyente.

Cuando oí hablar de este proyecto, sentí una curiosidad morbosa aplastante y finalmente lo descargué y escuché porque, como decía al principio, pienso que toda manifestación musical es una manifestación cultural y, aunque me disguste su mensaje y sus métodos me parezcan denunciables, debo confesar que su propuesta es culturalmente valiente, arriesgada, transgresora y extremadamente atractiva.

Por otra parte, no tengo intención alguna de comprar ninguno de sus discos (y eso que sacan ediciones especiales ultralimitadas la mar de cañonas que incluyen cuchillas de afeitar y una muestra de la medicación que se tomaba el "cantante"), pues esto supondría entregar mi dinero, no solamente el producto cultural, sino también al producto ideológico. Y hoy en día con Internet, puedo consumir lo primero sin apoyar lo segundo, si así lo elijo.

el_Caido dijo...

Interesante cuestión. Por mí forma de ver las cosas (y resumiendo mucho) no es incompatible escuchar esta música aun siendo, en mi opinión, la supuesta ideología que hay detrás algo jodidamente aberrante. El quid de la cuestión, en mi caso, se limita simplemente a no apoyar de ninguna forma a esas bandas, evitando la compra de material relacionado con ellas ya que, para mí, música y mensaje van de la mano.

Un saludito.

NSAtanic dijo...

Estoy totalmente deakuerdo kon El Caido.
Solo decir una kosa hay tener mucho kuidado kon las etiketas y sobre todo tener en kuenta kien las pone, me expliko: si echais un vistazo a blog o paginas NS no dudan en etiketar komo NSBM a infinidad de grupos (puro marketing, kontra mas konocido sea el grupo menos marginal parecera su movimiento) si te interesas por saber mas, sus letras NO DICEN NADA NAZI (parece,puede.....),muchos de ellos lo desmienten en entrevistas.
Unos sera por no komplikarse (aunke alguno de sus miembros lo sea) otros por ke realmente no lo son.
A lo ke voy kuando un grupo reniega publikamente de ser NS komo formacion NO LO SON, ni financian nada.
He llegado ha este blog intentando saber del palo ke van Endstille sus letras, me parecian joder mucho ke eran NS pero nunka lo dejan klaro,en las primeras paginas ke he entrado los klasifikaban komo NSBM, ke kasualidad ke eran paginas NS-NSBM.......sin embargo lo ke si dejan klaro Endstille en una entrevista es ke no son NS dicen ser APOLITIKOS.
Siento la chapa, UN SALUDO.

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